SOUTH KENGSINTON

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Esta coproducción inglesa e italiana tiene sus pros y sus contras. Debo ser sincera y reconocer antes de explicar mis motivos los agravantes que me llevarán a calificarla con una condescendiente benevolencia.

En primer lugar el tema que trata no me es ajeno. Se trata de un grupo de inmigrantes que viven en Londres donde han ido a trabajar o incluso a aprender el idioma y viven con más o menos dignidad y gracia con alquileres de habitaciones o disfrutando de los ingresos familiares que confían en a inversión para que sus hijos sean capaces de manejarse en la lengua de los negocios. Desde los currantes a los viva la virgen son estereotipos que todos los que alguna vez hemos hecho la maleta para ir a vivir a otro país hemos conocido.


En segundo lugar esos individuos que habitan en una casa victoriana del elegante barrio de South Kensington propiedad de un inglés de origen italiano son, también, italianos por lo que la practica de la lengua de Shakespeare en el hogar no es una prioridad cuando llega Antonio, un chiquillo de Positano de origen humilde que tiene que dar un curso de inglés que nunca llegará a pisar prefiriendo adentrarse en el mundo de la noche y las sexys modelos que le presentará su casero.


El inglés impecable no puede ser otro que Rupert Everett, ejemplo de la distinción europea y del refinamiento inglés por excelencia mientras la chica objeto de deseo es Elle McPherson, cuyos nombres a pesar de ser secundarios de peso adornan la carátula de esta tramposa cinta editada ya en DVD en nuestro país y alguna presencia fugaz como Sienna Miller la podían convertir en algo “visible” en Inglaterra. Pero hay otro conocido, o al menos otro nombre que es ligeramente familiar entre los que hemos buceado un poco en el cine italiano, Giampaolo Morelli (L’Uomo Perfecto) que, todo sea dicho de paso, mejora con la edad, y que interpreta al intrépido pueblerino devorado por l a ciudad de Londres demostrando que un italiano puede sobrevivir en esta gran urbe meses sin hablar ni palabra de inglés (y doy fe de que esto es cierto y no una licencia del guión).


La comedia no ofrece nada destacable. Es bastante plana y tras un arranque prometedor acaba estancándose un poco en el tedio de las tramas románticas de cada uno de sus protagonistas. Las ocasiones en que consigue arrancar una carcajada son directamente proporcionales a las veces que te haya podido pasar algo semejante en la vida de “desplazado” y que contra más se meten en la Dolce Vita menos se parece a la vida real del currante londinense medio.


Es una de esas películas que se pueden disfrutar en el salón de casa una vez en la vida y olvidar tranquilamente sin ningún remordimiento porque cumplen la función de entretener sin complicaciones a base de acumulación de clichés de la mano de su italianísimo director Carlo Vanzina.



PROS: Fundamental para todo aquel que se haya ido una temporada a vivir a Londres, arranca seguramente algún buen recuerdo.


CONTRAS: Una vez vista da la sensación de difuminarse y desaparecer, la típica película que jamás volverás a ver.




1 comentario :

  1. ehey! te he premiado en mi blog, ven a buscar el regalito si eso! saludos!

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