LA DUDA

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El ser humano tiene miedo a las cosas inciertas. La certeza da el control y el conocimiento destierra cualquier atisbo de duda. Si sabemos algo de verdad podemos actuar en consonancia. Cuando nos movemos en el ámbito de la fe hay algo trascendental en esta duda, por eso es anecdótico que en La Duda los hechos se desarrollen precisamente en una comunidad religiosa donde la lucha entre la razón y lo divino debería estar más que presente.

La Duda expone el límite entre ese convencimiento humano hasta cotas enfermizas. En una comunidad convulsa por los cambios sociales, culturales y políticos la gente necesita la certeza para agarrarse a algo coherente e inamovible. En un pequeño colegio una ingenua profesora hace una observación perturbadora a su madre superiora. Parece que el párroco puede tener una relación más intima de lo que cabría desear con uno de los alumnos, un chico de color que es además monaguillo en las misas.

Mientras la jovencita no sólo duda si no que además quiere hacerlo para mantener intacta su estructura moral, una casi demasiado blandita Amy Adams, su antagónica madre superiora personifica el férreo yugo de la rectitud y el bien con el poder y la determinación propios de cualquier heroína o villana. Convencida de que algo está sucediendo empieza a traspasar la línea entre lo posible y lo real convirtiendo al sacerdote en culpable sin pruebas.

A pesar de todo lo que se ha escrito sobre el protagonismo de Meryl Streep, la inconmensurable replica de Philip Seymour Hoffman e incluso la revelación dramática de Amy Adams hay que decir que hay otro protagonista en esta cinta de hondo calado moral. Es la propia duda que se mantiene sobre las cabezas de todos los miembros del elenco de esta trama religiosa que gira en torno a la posibilidad más que al hecho en sí.

Incuestionablemente La Duda será una de las grandes cintas de este año, no sólo por los papeles principales, también por los momentos más intensos, posiblemente protagonizados por Viola Davis, la madre del pequeño, que acaban de conseguir crear el desasosiego en el espectador causando aún más incertidumbre sobre lo que en realidad pudiera haber sucedido.

Unos diálogos inquietantes, unos personajes extremadamente carismáticos y siempre manteniendo ese péndulo a la espera de caer sobre alguno de ellos. Durante toda la película el director consigue que el espectador pueda colocarse a uno y otro lado de esa posible infracción y tomar sus decisiones con respecto a ella, siempre a través de los actos de los personajes y sin conocer los hechos reales. Ese misterio y desasosiego que crea es lo que la convierten en una gran película.


PROS: Todos sus actores.

CONTRAS: Quizás, y pese a su gran trabajo, Amy Adams. Está aún un paso por detrás del resto del elenco.

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