LA SOMBRA DEL PODER

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La sombra del poder se enfrenta con un complicado problema de base. Es una adaptación de una serie de gran éxito producida por la BBC, lo que llegando a España no es muy problemático dado que sus espectadores potenciales no habrán podido degustar esta joyita del thriller televisivo (protagonizado entre otros por el también de moda James McAvoy). Pero lo que sí impresiona es la idea de condensar en tan sólo dos horas algo que en la pequeña pantalla necesitó seis. Para semejante empresa sólo se pueden hacer dos cosas: encargar el proyecto a un buen puñado de guionistas, de esos de verdad como el ya clásico Tony Gilroy, y a un director que sepa lo que se hace detrás de la cámara, Kevin Macdonald.

No es un secreto que los thrillers periodísticos son de mis géneros predilectos y sin duda es notablemente sabido la devoción, casi incondicional, que profeso hacia el orondo protagonista de esta cinta, el infame Russell Crowe por lo que sería altamente complicado no calificar potencialmente a esta película como una de las candidatas a completar mi filmoteca particular de mitos. Y es que el australiano es una de las bazas fundamentales de esta intriga. Interpreta a un periodista de los de la antigua escuela, con bolis y libretas, de los que van a la escena de la noticia y compra la información con colegueos y cafés. De esos que revisan hasta el último detalle para escribir hasta la más nimia pieza de sucesos. Pero uno de sus casos acaba extrañamente relacionado con uno de sus mejores amigos, Ben Affleck, un congresista que acaba saltando a la palestra por su relación con una de sus colaboradoras que muere en un misterioso accidente. Movido por la intención de llegar a limpiar el nombre de su amigo y acompañado de la insufrible y guapa bloggera de turno, Rachel McAdams el periodista se meterá de lleno en una peligrosa investigación en los cimientos más sucios de la política. Entre medias un buen puñado de personajes aderezarán las carreras contra reloj para conseguir la noticia antes que nadie y llegar a la deadline a tiempo. Sobre todo destacable la impresionante y divertida directora del Globe, Helen Mirren, que regala conversaciones hilarantes y el siempre sorprendente Jason Bateman, en un corto pero interesante papel.

Independientemente de las fobias y filias personales La sombra del poder funciona muy bien en la pantalla, consigue que durante dos horas la acción y la tensión se mantengan de forma coherente a pesar de que se distingan lagunas, posiblemente debidas a ese recorte de duración y tramas, en su guión haciéndose especialmente obvias hacia el final de la cinta.

Pese a todo una decisión muy acertada para acudir al cine.


PROS: Crowe, Mirren y Bateman. Todos soberbios.

CONTRAS: Las lagunas que se adivinan en el guión por culpa de los necesarios tijeretazos que además simplifican la trama demasiado.

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