EL APRENDIZ DE BRUJO

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Cuesta mucho dilucidar a qué se dedican en su tiempo libre los señores de las productoras que escriben las sinopsis de las películas. Cuando se anunció que El aprendiz de Brujo sería una adaptación “libre” del cortometraje de Disney homónimo que pertenece a la cinta Fantasía la cosa no parecí tener ni pies ni cabeza. Recordemos que el mítico corto consiste en las peripecias de Mickey, un aprendiz que decide usar la magia en su propio beneficio pero su torpeza convierte su triquiñuela en un desastre con una revolución de escobas y fregonas que para más Inri se multiplican por doquier haciendo que la fácil tarea de limpiar sea una batalla campal. La sola idea de que una película sea una batalla de limpieza no parecía muy inteligente pero en verdad, y para calmar a los pobres lectores que cayeron en la misma depresión crónica que la que suscribe al ver la sinopsis Disney ha convertido ese corto en un guiño, más o menos bien traído, que no deja de ser un velado homenaje cogido por los pelos en esta nueva aventura juvenil con magos medievales y adolescentes con crisis existenciales.

David es un muchacho retraído, distante, artístico y fantasioso que acaba conociendo un misterioso hombre que resulta ser Baltazar, un antiguo y poderoso mago que sueña con encontrar al primer Merliniano (de Merlín, se entiende) para liberar a su amor y acabar con el poder de la bruja más poderosa de todos los tiempo, tras un lapso temporal de 10 años las fuerzas del bien y del mal se enfrentarán en el Nueva York de nuestros días con los poderes mágicos y las hormonas desatadas en un equilibrio pirotécnico digno de su productor Jerry Bruckheimer y de su protagonista Nicolas Cage.

El reparto lo completa la siempre atractiva Monica Belluci en un corto y “tapadísimo” papel de hechicera y el inquietante Alfred Molina afincado en estrambóticos papeles de malvado cómico que, todo sea dicho de paso, le sientan muy bien.

La cinta es previsible, un poco larga pero sorprendentemente entretenida, para lo que ofrece, entiéndanme. Si bien no estamos ante una obra maestra del género fantástico puede que sea una de las pocas cintas que sale medianamente bien parada de su visionado tras los intentos Narnianos, las Brújulas dorada o Percy y sus rayos. Quizás parte de la gracia sea que Disney deja que algunos de sus clásicos resumen algo de encanto. Los personajes no están logrados y se afinca en un humor blanco e infantil con el mismo estilo que La Búsqueda y el mismo protagonista. Una fórmula que sale rentable y que parece funcionar al actor y al estudio. Por mi parte me dejo seducir por la primera peluca que no da risa de Nicolas Cage en años y apruebo este divertimento veraniego sin pretensiones.


PROS: Su factura infantil y transparente.

CONTRAS: La manía de alargar innecesariamente el metraje.

1 comentario :

  1. Anda, mira, acabo de venir del cine de verla con unos amigos...

    Estoy de acuerdo contigo, es previsible y los personajes son algo planos pero es que es un producto Disney, ellos no arriesgan y siempre van a ir sobre seguro.

    Es para echar el rato sin buscarle que sea el peliculón del año.

    Un besote!

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