Del revés

Película: Del revés. 
Director: Pete Docter. 
Proyección: Princesa. 
Afluencia: 50 personas. 
Valoración: 8.
 
La mente humana es un cóctel de emociones y más en la edad de la protagonista, que comienza a dejar atrás la niñez para adentrarse en la adolescencia. Además le pilla un cambio traumático como el cambio a otra ciudad por el trabajo del padre y empezar otra vez en un momento en que la cabeza está llena de pájaros. Dentro de ella conviven energías dispares y contradictorias como la Alegría, la Tristeza, la Ira, el Asco y el Miedo. La primera es la dominante y la que trata de impedir el caos dentro dentro de nosotros. Como en una especie de videoconsola vemos el desarrollo de una apasionante aventura, muy entretenida, divertida en muchos casos. Cualquiera diría que con esos argumentos, aparentemente sesudos y hasta sacados de un Auto Sacramental se puede hacer una obra tan agradable. Pero estoy hablando de la factoría Pixar, unida ahora a la madre de toda la animación como es Disney. Y por aquí se puede decir que es uno de los escasos puntos negros, la falta de vitriolo, con el continuo ejemplo norteamericano de la familia feliz.

Me sobra tantos tecnicismo que parecen tormentas de ideas y cuesta retenerlos en la memoria o ir a un curso de psicología para iniciados. Pero la inventiva, el diseño (impresionante el dibujo de la familia) dejan atrás cualquier mala sensación por mucho que aparezca la Alegría, aunque a veces resulta un tanto cargante. Pero su colaboración con la Tristeza y la escena final son de sacarse el sombrero y lo importante y necesario que son los contrastes para madurar. Puede parecer ajena al mundo infantil y ceñirse al mundo de los adultos pero nada más lejos de la realidad pues tiene muy claros los objetivos y del guión tan bien estructurado se pueden sacar enseñanzas para toda la humanidad. Un canto al optimismo, a la aventura de crecer que no se debe dejar abandonada en algún lugar recóndito de la memoria y que se debe revisitar muchas veces.

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