HARD CANDY

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Ahora no estaría nada bien decir que lo mejor de Hard Candy no es Ellen Page tras su reciente nominación a los Oscars y su retahíla de premiso independientes. Lo que sí es una buena ocasión para rescatar otra grandiosa interpretación de esta niña prodigio (que ríete tú de la “Jodia Foster” a la que menciona como directora de la adaptación de su proeza a la gran pantalla).


Hayley es una de tantas niñas que ha crecido en esta generación de la globalización multimedia donde los niños no nacen con un pan debajo del brazo si no con un router y un ratón. Un chat da la bienvenida a los espectadores a la vida de sus dos personajes principales: una niña de catorce años y un fotógrafo de unos treinta y tantos. Claro, las mentes calenturientas se ponen a pensar y aciertan de lleno. Lo más normal es que las intenciones de este joven y atractivo internauta no sean todo lo lícitas que parecen a simple vista… Lo que pasa es que las de la inocente y jovial niña tampoco lo son.


En pocos minutos nos encontramos con la perfecta vuelta de tuerca donde la victima se vuelve verdugo y las situaciones transcurren en una constante lucha de poder entre la precoz y tremendamente sádica infante y su rehén.


El espectador lo tiene sencillo. Todo hace que te pongas de parte de la captora desde el primer momento porque Ellen Page seduce en cada escena como una nínfula preadolescente que hubiera vuelto loco al propio Humbert Humbert. ¡Ríete tú de Navokov!


Su compañero de fatigas es (el insulso) Patrick Wilson que por primera vez en mucho tiempo consigue no sólo lucir palmito y tipo en la pantalla si no que intenta ponerse a la altura interpretativa de la película.


Hard Candy es una de esas cintas que a pesar de lo brutal del planteamiento entretienen al espectador que espera ansioso a saber hacia donde avanzará y cual será el desenlace de semejante trama. Para ello usa dos armas: un guión sin fisuras y, como ya he mencionado antes dos actores que se adueñan de la pantalla.



PROS: Ellen Page.


CONTRAS: La innecesariedad de la aparición de la vecina plasta que al final aporta muy poco. Es que Sandra Oh era omnipresente en esa época.


1 comentario :

  1. Bueno, con este comentario ya cierro mi invasión de hoy... Sólo quería encontrar un punto de encuentro (más o menos).

    Grandísima película. Brutal. Tremendos diálogos, tremendas interpretaciones, fantástico guión.

    La Page, no obstante, me parece un bluf absoluto (ahora vienen las discrepancias). ¡¡¡¡AN AMERICAN CRIME es la peor película de la historia desde El Especialista!!! (No puedo dejar comentarios en la web donde está tu crítica).

    ¡Qué mala que es American Crime! ¡Qué mala! Es imposible creerse nada... Qué dirección más pésima, qué actores más malos... Y mira que era fácil, ¿eh? El tío (el director) no tiene ni idea de lo que es el sufrimiento ni la incomprensión ni el ser humano, ni nada de nada de nada. Debe de ser de Marte. Es una película de plástico.

    ¿Y la parte supuestamente onírica? Vamos, si en House lo hacen mejor: House en los sueños ¡no cojea! En un sueño ¡no vas en coche! ¡Andas! ¡Y te encuestras muy bien!

    Vaya, me siento como si fuera la reencarnación del tipo aquel que tenía un programa de cine que se llamaba, creo, Lluvia de estrellas, y que acabó haciendo de friki en la tele con el Sardá. El programa de radio estaba muy bien. Yo lo oía siempre que podía.

    Ale. Espero que no te moleste mi vehemencia. Si fuera así, borra el comentario(s) que te parezcan excesivos que no te guardaré rencor.

    Esto te pasa por visitar a mi amigo Mario en avecesveocine.blogspot.com. Desde ahí he llegado a tus webs y me ha apetecido opinar un rato.

    Gracias y saludos,

    Alfredo

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