SIETE ALMAS

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A pesar de que Will Smith ejerce sobre mí un poderoso desmotivante, Gabriele Muccino es uno de mis directores favoritos y la última vez que ambos colaboraron les valió un gran reconocimiento como actor y director gracias a la empalagosa pero bien resuelta “En busca de la felicidad”. Por eso el reencuentro era de esperar.

La desgracia es que Hollywood está ejerciendo en Muccino un efecto narcolepsico de dimensiones preocupantes. Con la nueva maquinaria y la diversificación de los papeles de los autores se ha convertido en un mero director dejando de lado la huella tan personal que imprimía a sus películas italianas. Se ha perdido la frescura, la improvisación y los toques de humor dejando paso a un sobrio y correcto acabado que deja el sabor de boca de las películas de encargo: estupendamente realizadas pero sin alma.

Si a estas Siete almas les falta precisamente este “alma” nos quedamos con un drama a la vieja usanza con una compleja estructura que pretende conseguir algo de tensión y misterio para justificar las acciones de Ben Thomas, desgraciadamente el entresijo de su desgracia y el desenlace es fácilmente desentrañable a lo largo de los primeros minutos y desde el instante en el que se adivinan los resultados de sus extrañas acciones parece claro cual será el desenlace final. Igualmente Muccino avanza con mano firme dando pequeños retales de la infancia del protagonista que justificará los momentos aparentemente poéticos.

Ben Thomas es un agente del IRS que parece empeñado en encontrar entre sus archivos a personas que estén buscando un milagro. En su mano está cambiar drásticamente su futuro pero deben demostrar si lo merecen o no.

Las siete historias en realidad se concentran en no más de tres con más peso, una joven con problemas cardiacos que acabará conquistando a Ben (Rosario Dawson), un ciego que trabaja de telefonista y cuya vida social es nula (Woody Harrelson que es casi un cameo en esta historia que se pretendía coral), una hispana que vive bajo el yugo del terror e intenta proteger a su familia y algún otro personaje que aparece de refilón o incluso cuando las conclusiones de las acciones de Ben están más que claras.

Es la falta de concretización en esas siete almas lo que hace que la cinta naufrague desde el punto de vista cinematográfico convirtiéndose en un vehículo para las resoluciones lacrimógenas y el lucimiento del mediocre señor Smith.


PROS: Las medusas. El único toque mágico que se permite el director.

CONTRAS: Que en realidad no abarca todo lo que pretende quedándose en esbozos algo pedantes de una historia que podría haber dado algo más de si.

2 comentarios :

  1. Maldición! Y, a pesar de todo, pienso ir a verla... pero que poquito criterio tengo, caray!

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  2. me encanta la imagen de las películas de encargo...

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