EL LUCHADOR

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Darren Aronofsky se ha sacado de la manga otra película rompedora. Básicamente este tipejo consigue que cada vez que vas al cine te encuentres con algo totalmente nuevo que rompe con todo lo que ha hecho hasta el momento. Rompedor de moldes por naturaleza esta vez se dedica a hacer un pequeño homenaje a los héroes caídos de un modo bastante certero.

Mickey Rourke es The Ram, un luchador de esos que coreografían todos sus anabolizados ataques. Lleva años en activo y tras su época dorada en los 80 se ha estancado en un limbo del que no es fácil salir. Sigue arrastrándose de ring en ring por pueblos y convenciones de fans bastante tristes mientras trabaja a tiempo parcial en un supermercado de mala muerte. Su vida personal no es mucho mejor. Su hija le odia y la única persona que parece tener una cierta unión con él es una bailarina de stripteasse que empieza también a acusar el paso del tiempo.

El luchador es una cinta triste y melancólica. Y Rourke s sin duda su pieza angular, con un físico fornido e inquietante y su cara antaño inexpresiva por el botox significa el resurgir de uno de los tipos más carismáticos de los ochenta. Puede que los paralelismos entre su personaje y su persona sean mucho más que casualidades para él: drogas, problemas familiares, el olvido. En el fondo parece que detrás de esos ojos triste se esconde toda la historia que el propio protagonista está viviendo.

Marisa Tomei, que parece mentira que se conserve en un estado tan impresionante a su edad, también regala los momentos de más intimidad de la película, mucho más que los vividos con su hija y posiblemente, si no pasase todo el metraje sin ropa,tendría un nuevo oscar en su estantería sin hacer un gran esfuerzo.

Algunos planos bien merecen una reflexión como su primera salida para atender al público en el supermercado acompañado de toda la parafernalia psicológica de sus combates o como va descubriendo las pequeñas y grandes heridas que le provocaron los combates e incluso esas impagables conversaciones para coordinar los pasos que coreografiarán el combate donde los grandes héroes siguen siendo grandes aunque sea por un efímero momento. Y es que Randy no lo sabe pero en el fondo es un luchador de la vida. Así que cuando las cosas se ponen feas empieza a tomar decisiones y encauzar su futuro.

Y además el remate final está en ese afán pseudodocuemntal que emplea Aronofsky al que no nos tiene acostumbrados con una cámara bamboleante al hombro que en ocasiones recuerda los planos del señor Mann adornados por una banda sonora que se puede convertir en la música de toda una generación con colofón en forma de Springsteen.

¡Ríete tú de Rambo! Esto si es subir a un ring y ganarse a un público.


PROS: Para amantes de los ochenta y fans de Hulk Hogan con alma.

CONTRAS: No apta para sensibles a la sangre y amantes del cine comercial.

1 comentario :

  1. Habrá que verla XD

    Hoy he visto la de Benjamin Button y me he emocionado como pocas veces XD Desde luego es un películón, no me extraña sus 13 nominaciones en los oscars

    Saludos

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