DUPLICITY

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Era muy difícil pifiarla con los ingredientes que tenía en sus manos Tony Gilroy. Tenía a dos actores de esos que llenan las salas: una Julia Roberts (y sus labios que son para mencionarlos a parte, ¡que cuelguen al cirujano ya!) y Clive Owen echando chispas en la pantalla. Tenía una enrevesada trama de la que hacen participes a los espectadores en el trailer y a los pocos minutos de película si bien recurre a una estructura farragosa y tramposa para realizar las correcciones pertinentes y por último el enfoque entre humorístico y de acción que el público está dispuesto a consumir sin muchos problemas.

Claire Stenwick y Ray Koval, agentes de la CIA y el MI6 se conocen en muy extrañas circunstancias y parecen coincidir en sus nuevos empleos. Ella es una topo infiltrada en una gran industria cosmética y él viene rebotado de diversos trabajos en espionaje (incluidos los fascinantes entresijos de las pizzas).

Ella es ambiciosa, calculadora e impredecible. Él chulo, arrogante y atractivo. La pareja ideal cinematográficamente hablando pero sobre la cinta con menos reacciones que el Quimicefa. Y es que, salvando la proposición inicial de la película, el recurso manido de los flashbacks sólo sirve para crear un desconcierto y una cierta sensación de perdida de perspectiva.

Tras el inicio divertido y unos créditos hilarantes con un Tom Wilkinson y Paul Giamatti dándose para el pelo, el resto de la cinta se convierte en una sucesión de forzadas situaciones que pretenden dar un giro novedoso con cada nueva acción de la pareja para resaltar la sorpresa frente al sentido del humor. Al final los dos protagonistas se ven despojados del carisma y centrados en conversaciones y tramas escritas con dejadez y poco ritmo que aburren hasta al acomodador.


PROS: Yo soy capaz de salvar cualquier peli en la que Owen enseñe pecho lobo. Soy así de generosa.

CONTRAS: El resultado farragoso y artificial sin un ápice de gracia.

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