PAUL BLART: SUPERPOLI DE CENTRO COMERCIAL

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Los americanos nunca dejarán de sorprenderme. Esta cinta fue el número uno de taquilla durante varias semanas. ¿Por qué? No cuenta con un cómico que atraiga masas, no es -ni de lejos- brillante, y sin duda no tiene ninguna gracia. Pero aún así los espectadores decidieron acudir a la sala para ver una parodia pseudonavideña de un vigilante obeso de centro comercial que se enfrenta con unos atracadores macarras.

No faltan en este cocktail la chica guapa, Jayma Mays (curtida en películas acabadas en –movies y toda serie comercial que se te ocurra) en un primer tramo que tiende hacia la comedia romántica explotando el manido cliché del marginado del grupo pero pronto se enreda en una farsa de golpes, porrazos y diversas patochadas y torpezas para delicia de su protagonista y desdicha de cualquier espectador con dos dedos de frente.

Al acudir a ver una cinta con este nombre (sobre todo con su traducción castellana) tenemos que reconocer que las expectativas son bajas o incluso nulas. ¿Cómo es posible entonces que no acabe de convencer ni de hacer gracia?

Pues quizás porque las alusiones cinéfilas que destila con referentes tan claros como Jungla de Cristal o Rambo están tan cogidas por los pelos que algunos ni las ven. Tal vez porque su productor, el señor Sandler, debió visualizar las comedias a las que se ha acostumbrado pero le falló el instinto o el casting, o porque los malos dan risa (unos saltimbanquis contorsionistas con patinetes incluidos) y porque Kevin James, a pesar de sus infructuosos intentos, no consigue dotar de la humanidad y ternura necesaria a este poli de segunda con hipoglucemia y que fue abandonado hasta por su mujer (y hay que verla para comprenderlo).

La cinta no merece ni los euros del alquiler en videoclub. Quien avisa no es traidor.


PROS: Al menos no opta por un lenguaje excesivamente soez aunque respete la dosis de pedos y escatologías varias.

CONTRAS: Que los chistes se ven venir desde los títulos de crédito.

4 comentarios :

  1. Yo la conseguí por esos medios que todos sabemos pero que queda más elegante no decir. Aguanté 10 minutos, ni así era soportable.

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  2. Chacal, mi orgullo me impide abandonar el visionado de una película en una sala e incluso en mi propio hogar. Soy una sádica enferma :P. De haber podido hacer lo mismo que tú seguro que no hubiese tenido dudas en largarme pero... ¡Soy una mente frágil!

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  3. Pero... por qué? Por qué la ves? Por qué?
    Mi no entender.
    Ni gratis.

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  4. Calla , calla que tú ves cosas gratis mucho peores e incluso te gustan.

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