
Su propietaria se llamaba Edith Macefield y falleció el año pasado a la edad de 86 años.
Nunca le tentaron las increíbles y generosas ofertas para vender su hogar (incluso un millón de dólares) y jamás accedió a ello lo que obligó a los constructores a esquivar su pequeña casa para seguir adelante con su mole comercial.


La casa es una maravilla que vive a la sombra de la vida moderna con una portentosa historia detrás y a la que Pixar colocó un atrezzo de globos para promocionar su película.
Oh sisi, recuerdo haber sabido de ésta noticia por los diarios, qué fuerte. Esto demuestra que la realidad puede ser un punto de partida interesante para hacer una película 100% original con un argumento nuevo, algo que se agradece en los tiempos que se corren (con perdón) ;)
ResponderEliminarTambién recuerdo "Nuestros maravillosos aliados", aquella peliculta producida por Spielberg en los 80, que trataba un caso similar... Bueno, y la casa de los Little también tiene ahí su inspiración... !)
ResponderEliminarMuy curioso. Desconocía por compelto ese dato.
ResponderEliminarLa película, por cierto, me encantó. Divertida, emotiva, emocionante y entrañable. Lo tiene todo.
Saludos ;)
Entonces, a ver si me he enterado bien, ¿si yo pongo globos en el tejado de mi casa me la compran por un millón? Es eso, ¿no? ¿eh? ¿no?...
ResponderEliminarBesotes...