Película: Gravity.
Director: Alfonso Cuarón.
Intérpretes: Sandra Bullock, George Clooney.
Proyección: Princesa.
Afluencia: 64 personas.
Valoración: 6.
Hacía tiempo que no observaba tanta animación a la entrada de un cine y más a las 18.20. en que comenzaba la película. Además venía avalada por la critica y por sus estrellas. Es un placer ver a la gente acudir al cine e ir más allá del cine familiar o de consumo. Ante mis ojos se ve el poder de Hollywood con unos medios impresionantes que sirven para recrear una historia que transcurre en ese espacio infinito en que una ingeniera (Sandra Bullock, bastante meritoria) se halla en un transbordador con un astronauta (el siempre irresistible George Clooney). En un paseo espacial se ven sorprendidos por la basura producida por la defunción de un satélite y desde aquí surgen un sinfín de peligros que no dan respiro a quienes lo vemos. Y a partir de aquí toca sobrevivir pues la soledad está ahí y ésta es real, no como en la Tierra que podemos acudir a nuestros semejantes. Otra de las ventajas de un gran estudio, la Warner es buscar el entretenimiento y poner estrellas conocidas a su servicio. Y si se da una cierta gravedad, que no gravitación, al film mejor que mejor. Al fin y al cabo se trata de vender y lo hacen fenomenal y de manera sana. Impresiona esa atmósfera de gravidez, el saber dosificar acción, con una cierta capacidad de reflexión, estremece la soledad de los protagonistas y cómo hacer frente: desde el tremendismo ella, desde la socarronería él. Lo malo que algo tan fascinante visualmente y un eficaz entretenimiento y encima culto no se corresponda con un guión algo convencional (la ingeniero que ha perdido a su hija y que su vida es un vacío) o la del astronauta escéptico pero que todavía piensa en records de resistencia. Es legítimo,o atraer en taquilla pero el armazón de un guión es importante por mucho que Hitchcock dijese que lo esenciales la técnica al llevar ese libreto. No lo niego pero se debe pedir mucho más. De todos modos celebrar ver en los cines una obra cuidada y digna, que trata al espectador como una persona que se plantea dilemas.
Director: Alfonso Cuarón.
Intérpretes: Sandra Bullock, George Clooney.
Proyección: Princesa.
Afluencia: 64 personas.
Valoración: 6.
Hacía tiempo que no observaba tanta animación a la entrada de un cine y más a las 18.20. en que comenzaba la película. Además venía avalada por la critica y por sus estrellas. Es un placer ver a la gente acudir al cine e ir más allá del cine familiar o de consumo. Ante mis ojos se ve el poder de Hollywood con unos medios impresionantes que sirven para recrear una historia que transcurre en ese espacio infinito en que una ingeniera (Sandra Bullock, bastante meritoria) se halla en un transbordador con un astronauta (el siempre irresistible George Clooney). En un paseo espacial se ven sorprendidos por la basura producida por la defunción de un satélite y desde aquí surgen un sinfín de peligros que no dan respiro a quienes lo vemos. Y a partir de aquí toca sobrevivir pues la soledad está ahí y ésta es real, no como en la Tierra que podemos acudir a nuestros semejantes. Otra de las ventajas de un gran estudio, la Warner es buscar el entretenimiento y poner estrellas conocidas a su servicio. Y si se da una cierta gravedad, que no gravitación, al film mejor que mejor. Al fin y al cabo se trata de vender y lo hacen fenomenal y de manera sana. Impresiona esa atmósfera de gravidez, el saber dosificar acción, con una cierta capacidad de reflexión, estremece la soledad de los protagonistas y cómo hacer frente: desde el tremendismo ella, desde la socarronería él. Lo malo que algo tan fascinante visualmente y un eficaz entretenimiento y encima culto no se corresponda con un guión algo convencional (la ingeniero que ha perdido a su hija y que su vida es un vacío) o la del astronauta escéptico pero que todavía piensa en records de resistencia. Es legítimo,o atraer en taquilla pero el armazón de un guión es importante por mucho que Hitchcock dijese que lo esenciales la técnica al llevar ese libreto. No lo niego pero se debe pedir mucho más. De todos modos celebrar ver en los cines una obra cuidada y digna, que trata al espectador como una persona que se plantea dilemas.
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