¿Entono ya el mea culpa? O mejor aún, devuelvo el carnet de feminista y
madre trabajadora... ¡Creo que es la única solución para justificar que sea de
las pocas personas en el mundo que no sientan una profunda devoción y
admiración por esta serie canadiense que puedes disfrutar (o no) en Netflix.
Pero tengo mis motivos, e incluso tengo algún punto en defensa del formato...
¡Que no todo va a ser negatisvismo!
Empecemos por el principio para quienes no conozcan la serie, e
incluso para aquellos que aunque la conozcan no sepan lo que se van a encontrar
si le dan al play. Workin' Mums o Madres trabajadoras, es una
producción propia de Netflix de origen canadiense creada por Catherine Reitman
que así a lo mejor no os dice nada pero como soy de dar datos aleatorios y
frikis tengo que decir que es hija de Ivan Reitman , un director capaz
de lo mejor y de lo peor desde lso 80, desde Cazafantasmas pasando por Los
gemelos golpean deo veces, Poli de guardería, Junior, Space Jam, Evolution o
Seis Días siete noches. Es hermana de Jason Reitman, que cogerá el
testigo de Los Cazafantasmas que se llevará a la pantalla este 2020 y que ha realizado
entre otras Juno, Young Adult o Tully (y que actuó en las pelis de su señor
padre de los ochenta). Con estos antedecentes es obvio que se presupone que Catherine
tiene la comedia en la sangre y que suda cine. Y es que después de salir
como su hermano en alguna cinta de su padre y aparecer como secundaria y sobre
todo como voz en muchas películas y series de animación en este caso se
convierte en protagonista, directora, creadora y productora. Todo de
golpe.
Ideó Workin' Mums desde la comodidad de Canadá, de hecho la
serie se ambienta en Toronto, y es que una de mis grandes teorías es que todo
lo que sea incómodo nunca nace en USA, por eso la impecable The
Let Down viene de Australia y esta del norte de Estados unidos y por
eso se atreven a tocar temas como las relaciones, las crisis, la educación, y
además a enseñar pechos en el camino. ¡Si, las mujeres tienen tetas!
Mujeres trabajadoras se centra en la vida de cuatro mujeres, la mayoría de
ellas en la cuarentena, que han sido madres recientemente y cómo esa maternidad
influye en su vida cotidiana y en su relación de pareja, con los demás y en el
trabajo. Desde la psiquiatra profesional con una niña adolescente y un
marido encantador a la joven dudosa que se cuestiona si ser madre ha sido una
gran decisión pasando por la pareja de lesbianas con crisis nerviosas para
acabar con la energía de Kate Morton, una impecable relaciones públicas y madre
primeriza que se enfrenta a la decisión de criar una familia o seguir con un
exitoso trabajo.
No lo voy a negar. La primera temporada es increíblemente divertida. La introducción de los personajes es efectiva y las risas están garantizadas. Cuentan con una muy buena baza ya que si eres madre y trabajas te has visto en muchas de las circunstancias que relatan. Pero el problema es que agotada esa baza y cuando la identificación con los personajes se hace imposible por lo absurdo de las situaciones que plantean deja de tener interés. Seamos sinceros, a pesar de que la ficción es ficción cuando la cosa se sale de madre aunque seamos conscientes de que el objetivo es divertir y "vale todo" a veces no es lícito pasar por determinados límites para agradar. Por eso la segunda y tercera temporadas de Workin' Mums no me han interesado lo más mínimo ni en contenido ni en comedia. Los personajes han ido mutando a esperpentos cómicos que en ocasiones parecían parodias de los pintados en su primera entrega. Entiendo el entusiasmo que despierta en mis coetáneas pero no lo comparto, aunque me hubiera gustado hacerlo.
El tono enloquecido y el ritmo frenético con las confrontaciones de los
personajes y sus luchas internas distan de ser las mismas que las de una madre
trabajadora normal y entonces se convierte más en una suerte de Chicas Malas
(Serie también de Netflix sobre unas madres y amas de casa que se dedican a
delinquir para solucionar sus problemas vitales que también tiene su punto)
.
Si, será que la cantidad de cosas que ofrecen las plataformas digitales y que no haya tiempo para poder disfrutar de todas hace que me haga una sibarita. Puede que el feminismo mal entendido de algunas de las situaciones que plantea Reitman en su serie roce mi límite como ser humano o simplemente que las distancias culturales me hayan dejado de lo más fría. Pero la cosa es que no, más allá de su primera temporada Workin' Mums me ha aburrido bastante.
Confieso padre, he pecado, soy una nazi de la maternidad realista.
Tres padres nuestros y para casa.
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