Carta de amor a Miguel Angel Silvestre

 Sé que echabais de menos una de mis gloriosas declaraciones extracinematográficas de amor. Aunque en mi defensa debo decir que suelo hacerlo a señoros que se lo merecen también por su trayectoria que la cosa no está para regalar halagos de forma altruista, en realidad espero que estas misibas lleguen a sus destinatarios y, algún día, pueda decir, ¿recuerdas ese post tan guay donde decían esas cosas tan molonas sobre tus abdominales? Pues lo escribí yo, ¿Puedo tocar? Os adelanto que Fassbender aún no se ha puesto en contacto conmigo para decirme lo mucho que le gustó mi resumen de su carrera y de sus escenas con poca ropa, es una fatalidad porque dediqué mucho tiempo a documentarme. Así que me voy a quedar más cerca por si cuela aunque todos sabemos que el corazón de mi siguiente misiva es propiedad de La vecina rubia, pero como creo en los divorcios y en la poligamia, oye, yo sigo p'alante. Mi carta de hoy es una declaración de amor a Miguel Angel Silvestre.




Voy a empezar entonando el Mea Culpa. A mí Miguel Angel Silvestre me la traía al pairo. De hecho debo reconocer que he ignorado su carrera televisiva y cinematográficas hasta 2015. Sí, me he perdido la mayoría de escenas de abdominales de sus tiempos mozos. Pero es que eso de Sin tetas no hay paraíso o Velvet no se encontraba ni de lejos en mis intereses cinematográficos. Es más, he llegado a ver películas donde salía el castellonense y no me he dado cuenta ni de su existencia. Digamos que contemplo esta omisión de años como un mal necesario para reencontrarme con un Miguel Angel Silvestre que me cae bien, así me he ahorrado odiarlo durante su época popular y me lo encontré mazado e internacional. 

Fue en Sense 8 cuando mi mente necesitó carios segundos para ubicarlo. Y es que ese papel me robó un poquito el corazón. Es una serie complicada de ver, especialita, pero para mi increíblemente adictiva y sus directoras -que ya me tenían ganada con su Matrix y con la historia de su vida en general- ayudaron mucho a que me enganchara a la trama y a las escenas de sexo que regalaban al ritmo de la música en cada episodio protagonizadas en gran medida pro Silvestre y su amante Alfonso Herrera que , ojo, era de RBD, si al final todas las cosas que he evitado en mi vida viene a mi, en fin. Pues eso, que vista la serie en versión original sólo por disfrutar de ese abanico de personajes acabé cogiendo cariño a Lito y aquí estamos, con un Narcos y ahora con 30 Monedas. 


Voy a decir que Alex de la Iglesia es un tío que me cae bien. Es un señor que no sólo hace buen cine y buena televisión, A demás es un tío que arriesga y produce cosas muy locas dentro del género y eso me hace quererle un poco más porque el cine español está falto de medios y quien propone algo con imaginación suele necesitar un padrino y algo de pasta y sorprendentemente en Sitges siempre aparece apadrinando proyectos nobeles o historias que nunca habrían visto la luz. Ojo, no digo que todo lo que ha hecho me guste, pero reconozco que si lo he visto y he disfrutado de cómo lo plantea. por eso 30 Monedas era una de mis apuestas para esta temporada en streaming que es la nueva televisión de los mortales. 

Y esto viene a completar mi crítica sobre su trabajo con una observación. Empezamos con 3 episodios donde Paco, nuestro querido alcalde, nos regaló pectorales quitándose la camiseta a la primera de cambio y con el único pretexto de hacerme feliz (quizás este dato no lo sabe aún Alex, pero está ahí) y es a partir de ese cuarto episodio donde se da más protagonismo a Eduard y menos a los biceps de Silvestre cuando la serie pierde fuelle. Y eso que sale mi Manolo Solo que también es uno de mis fetiches raritos (soy así, hay que quererme con mis taras). Pero ni con esas. Así que, por favor, queridos directores, contemplar que los desnudos gratuitos masculinos están infravalorados. De verdad, que visten mucho. De nada. Lo digo porque también veo La casa de papel, para que no me deis disgustos. 

Pues un día empecé a intentar contar los músculos de Miguel Angel Silvestre en su Instagram (como buena acosadora que soy) y me perdí, creo que en su torso hay posiblemente más músculos de lso recogidos en los tratados de anatomía. Después vino esa loca historia de amor con La vecina rubia que lejos de provocar celos me parece de lo más entrañable. Ver cómo en pleno fin de año se las apaña para salir sin camiseta en medio del campo hace que este hombre merezca un lugar en el olimpo de los dioses. San Silvestre (no vallecana, se entiende). 

Como sé que hace rato que nadie me lee , que estáis todas y todos como locos mirando las fotos (unos con envidia y otras con la baba fuera) voy cortando. Sólo añadir que en un chat de whatsapp hemos montado una personalidad paralela para Miguel Angel en la que es una bellísima persona, hablamos de él todos los días como si fuera nuestro compi del cole, 40 años tenemos, pero ¡Qué grandes momentos nos está haciendo pasar!




Os dejo con bailecito junto a uno de mis próximos invitados a Odas de amor desesperadas

Publicar un comentario

Copyright © El lado oscuro del celuloide. Designed by OddThemes