EL NÚMERO 23

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La única persona que va a poder valorar mi opinión y el dolor que me produce hacer esta reflexión en alto es mi hermana, y ahí va, sin anestesia: Jim Carrey es buen actor.


Me aburren sus caras, las payasadas, cuando pretende hacer de actor serio, odio sus cambios de peinado, cuando se pasa al cine indie y cuando veo su caché por cinta. Lo reconozco, le detesto en cada película que ha hecho hasta ahora.


Una vez dicho esto, voy a intentar no quitarle mérito pero, debemos reconocer que el mejor compañero en su última y paranóica película es el número 23 que persigue y atormenta a un padre de familia tras iniciar la lectura de un libro. La primera página reza: "Todos los personajes de este libro son inventados, si encuentra algún parecido con la vida real no siga adelante". Como si hubieran copiado su vida en cada página Walter se va introduciendo en un morboso mundo de asesinatos, sexo y obsesión a través del protagonista de la novela, un detective privado que poco a poco se va consumiendo en una maldición numérica que le persigue hasta convertirlo en un demente y arrastra a Walter con él. Al principio la historia del libro es la que más engancha porque aunque ponemos la cara de Carrey los que le odiamos intentamos olvidarlo y dejarle con su aburrida familia mientras ponemos otro rostro al tórrido detective (y el mío era realmente sexy). Más tarde asumimos la omnipresencia de Jim y no esperamos que haga un chiste tonto a cada frase, le perdonamos sus excesos y le dejamos redimirse. Nos sorprende no verle desubicado en un trhiller que mantiene el misterio hasta la última vuelta de tuerca.


Joel Shumacher (el director amiguitos) es un tío irregular pero en ocasiones se pone morboso y tétrico y realiza cintas interesantes. Posee la incuestionable habilidad de aburrir al espectador con sus ambientes y montajes o, al contrario, cautivarlo introduciéndoles en su submundo por eso nunca se queda en un término medio o es brillante o aburrido. En esta cinta está notablemente acertado, no es para tirar cohetes pero se defiende y no se pierde en la historia como hace habitualmente. Controla la duración del metraje e introduce pequeños giros en el momento justo.


Algunos datos de interés:

Joel Shumacher y Jim Carrey tienen 23 letras en sus nombres.
Este es el film número 23 del director.
JC23 es el nombre de la productora de Carrey, cambio su nombre hace unos dos años, mucho antes de conocer el guión porque "ese número le obsesionaba"
La producción empezó el 23 de enero del 2006.
La película se estrenó el 23 de febrero en USA
A España llega un mes después, el 23 de marzo.
Beckham juega con el número 23 (esto no se si tiene que ver con la parte demoníaca del número)
Este post tiene 23 frases. Inquietante, ¿no?



PROS: Jim Carrey consigue no abusar de las muecas.


CONTRAS: Es bastante convencional.




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