Perdida

Película: Perdida.
Director: David Fincher.
Intérpretes: Ben Affleck, Rosamund Pike, Neil Patrick Harris, Missi Pyle, Tyler Perry, Kim Dickens.
Proyección: Princesa.
Afluencia: 110 personas.
Valoración; 3.


Lo mejor fue el final y no por dar fin a 149 minutos llenos de giros y con cara de no saber a qué quedarse con lo que se ve en pantalla. Me refiero a que no se ofrece un final acomodaticio, lo cual es de agradecer, pero acaba uno por exclamar: ¡Qué vergüenza!. Y el caso es que reconozco al David Fincher de las pulsiones bajas de la sociedad como "Seven" o "The game" o el de esa sobriedad en el manejo de la cinta como ocurre en "Zodiac" y siempre está presente esa elegancia, el cuidado de los encuadres, la dirección artística lograda, al igual que el montaje, la fotografía o la música. Pero es arriesgado atreverse con novelas de gran tirón como ésta de Gillian Flynn que además se encarga del guión con resultados contraproducentes pues a pesar de cambiar el final no acierta en la mezcla de géneros y en cortar sorpresas para hacer crecer esta obra. Por otra parte el cine suele poner en su sitio a los éxitos del momento que prolongan el tirón pero después hay que dar con quienes pulen los numerosos defectos de estas novelas de fácil consumo. Por cierto desplazó de su pedestal a "50 sombras de Grey". El argumento casi lo dice el título pues en el quinto aniversario de boda la mujer desaparece y empieza la investigación y una aportación interesante que es diario de ella. Se mezclan géneros como la investigación policial (una mujer lleva el peso, algo poco frecuente ya que sólo recuerdo "Fargo"), la actitud de los medios de comunicación y los juicios paralelos (Lo más bochornoso, se nota que han visto poco a Lang o a Capra, incluso era mejor en eso y ya es decir "Kika" de Almodóvar"), una crítica a la sociedad estadounidense bastante burda y elemental. Pero al final resulta que estamos ante una sátira de la vida matrimonial curiosa pero todavía con parámetros antiguos como el amor loco, propio de culebrones por mucho sexo de diseño que veamos. Y los que dan vida a esta macedonia cinematográfica hacen lo que pueden con sus papeles, hasta se puede decir que se hace soportable el soso habitual que es Ben Affleck. Rosamund Pike cumple adecuadamente con un papel complejo dado a la exageración y el resto del elenco pasan desapercibidos. Lástima no haber puesto coto a la escritora que queriendo, como es lógico por otra parte, controlar lo que ha escrito desnaturaliza algo, que en ratos de evasión quedaría bastante bien pero trasladado a la pantalla provoca irritación y dar la sensación de haber puesto actores a estas obras propias de los largos viajes y sentirse tan a gusto. La hojarasca acaba quemando lo bueno que hay si no se poda y de ahí mi enfado monumental, como hace mucho que no sentía al salir de una sala de cine.

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