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Gary Oldman es el malvado en cuestión, un tipo raro que controla toda una generación de analfabetos mientras les encarga ir en busca de un poderoso libro que le ayudará a tener poder sobre las masas, precisamente el que lleva en su mochila Eli. El antagonista de esta historia sobre fe y creencias, sobre misiones encomendadas y el deseo de cumplirlas donde los ideales pesan más que la necesidad de beber. Mientras unos se pelean por unas gotas de agua en un mundo desolado y yermo Eli avanza hacia la consecución de una misión que será clara hacia la mitad de la cinta quitando un poco de gracia al planteamiento e intentando un giro desesperado en su final que sólo convence a aquellos que se dejan seducir por los grandes actores hollywodienses
¿Son necesarias casi dos horas para contar una historia simplona? No, pero al edulcorar la parte metafísica con la acción se justifica una dilatada duración de cine palomitero con ínfulas de grandeza. El Libro de Eli acaba convirtiéndose en un mero entretenimiento con poca chicha y con un mensaje empalagoso y carente de entidad pero que se deja ver en una época en la que el cine de acción está perdiendo fuelle. ¡Una pena!
PROS: Gary Oldman retomando sus grandes villanos. Un gran personaje que tiene los mejores momentos de la cinta como cuando aparece leyendo la biografía de Mussolini. ¡Grande!
CONTRAS: Su insustancialidad.
A mí me pareció mala, larga, aburrida y con un guión fofo fofísimo.
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